Es increíble cómo se ponen a los niños en la boca. Como si no tuvieran vida, pensamientos ni existencia propia. ¿Ustedes ven la tele? ¿Leen los diarios? ¿Navegan por internet? ¿Ven las publicidades en las calles? ¿Ven toda la perversión que hay? ¿Toda esa violencia? En los canales de cable desde la mañana durante toda la tarde y hasta bien entrada la noche, de lo único que se habla (y lo que es normalmente visto) es sexo. Prostitución, promiscuidad. Odio. Violencia. Competencia insana. ”Que se salve el que pueda”. ¿Y de lo que se debate (porque esto no es debate, esto es mi verdad es la única correcta, y que todos vivan igual) es como amarse? ¿Cómo y quién va a tener permiso de poder darle derechos, privilegios y seguridad a esta nueva generación que se viene, que ya está, y que está tan golpeada y lastimada, corrompida? Yo preferiría poner el grito en el cielo, mil veces durante toda mi vida en contra de esta realidad: esta realidad que está corrompiendo la inocencia de los “niños”. No hay otra cosa en la televisión (y lamentablemente hay televisores en todas las casas, y hasta como dos, tres T.V.s por familia) que sexo y violencia y más y más cosas superficiales diferentes. Me gustaría que se incentivara el saber, la diversidad de conocimiento, la capacidad de discernir, la lectura (y la lectura productiva y amplia, no sólo Harry Potter o Eclipse), en vez de imponer mi grito al de mi compañero. Basta de odio. Basta de esnobismo.
Por otro lado, el constante uso de la religión como fundamento. Las religiones existen desde que existe el hombre, es una necesidad característica humana que satisface nuestra cualidad curiosa y eterna consciencia esotérica. Pero la realidad es que, mientras vos crees en ese dios único creador del universo y de su libro que te dicta cómo vivir, yo creo y es mi realidad que es Gaia a quien le debo mi respeto. Y me es imposible creer que este dios del cual me hablas haya creado todas las formas de vidas del universo. Me es imposible. Tanto como a vos se te es imposible creer que yo respete tan devotamente a la tierra que pisamos y no nos habla, ni nos dejó ningún tipo de tutorial de cómo vivir nuestras vidas. No te puedo pedir que dejes de lado los cuentos que leíste y crees y son parte de tu conducta. Pero vos no me podes pedir a mí que piense que tengo al demonio dentro porque me enamoré. Si revisamos la historia, nos enteramos de las guerras religiosas y de poder que hubo. Antes del cristianismo y sus ramas, sólo existía el paganismo, y cuando se enfrentaron, el paganismo censuró, persiguió y condenó al cristianismo, y cuando el cristianismo se reveló le devolvió al paganismo con la misma moneda: lo censuró, lo persiguió y lo condenó. Lo mismo pasó con tantas otras religiones, y con tantas otras ideas de vida. Tenemos al nazismo como idea de vida que también persiguió y condenó a otras formas de vida. Y podríamos seguir mencionando crueldades. Mi punto es que, al ser imposible verificar cuál creencia es verdadera, no se puede insistir en imponer una creencia a la vida de todos.
De vuelta, invito a que se enseñe el debate para habilitar la capacidad de decisión propia, no impuesta.
Todos somos quienes somos, e importa nada quién sea figurita repetida en nuestras vidas: jamás vamos a dejar de ser quien somos, por más que nos lo neguemos.
14 Julio 2010
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Hoy 15 Julio 2010, a las 4:20 a.m. se aprobó la Ley de Matrimonio Civil Homosexual (O Ley Matrimonio Igualitario).
Por suerte.
Se aprobó con 33 votos a favor, 27 en contra y 2 abstenciones. Uno de los discursos a resaltar fue el del senador Pichetto, Miguel. Apasionado.
Ahora es sólo cuestión de tiempo. Esperemos que ese tiempo no sea gastado en actos indignos, violentos ni nada por el estilo. Ahora a FESTEJAR. :)
Sean felices, putos, tortas, neutros, divas, trans, feligreses; es sólo una vida que tenemos para serlo.