3 feb 2011

En algún lugar

El roce era frío, húmedo, suave e inmediato contra su cuerpo. Su piel era de mármol mientras era acariciada por el viento, suave, insistente. Sus palmas sintieron el pasto contra su piel, la tierra húmeda, al fin, le impidió seguir. Su cuello no distinguía su pelo del pasto, y su cuerpo, se olvidó de la ropa al serle inútil contra el viento. Su mente olvidó levantar paredes y lentamente, luego de segundos milenarios, olvidó conectarse con su cuerpo… El pasto la abrazó, el viento le cantó una canción de cuna, la luna iluminó su existencia, y las estrellas se llevaron su alma. La tierra bebió su sangre. Y el asesino se guardó el brillo de sus ojos…

No hay comentarios.: